Noticias – CIEG http://cieg.cl Centro Interdisciplinario de Estudios de Género Thu, 11 Apr 2019 14:28:17 +0000 es-CL hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.8 Erika Ñanco Vásquez: “Abordamos un feminismo decolonial, antiextractivista y antirracista” http://cieg.cl/2019/04/erika-nanco-vasquez-abordamos-un-feminismo-decolonial-antiextractivista-y-antirracista/ http://cieg.cl/2019/04/erika-nanco-vasquez-abordamos-un-feminismo-decolonial-antiextractivista-y-antirracista/#respond Wed, 10 Apr 2019 12:30:44 +0000 http://cieg.cl/?p=3673 Erika Ñanco Vásquez (27), proviene de la comunidad mapuche Hualacura de Nueva Imperial. Su rostro aparecía en la prensa con el tradicional trarilonco mapuche y en el cuello una pañoleta verde con el lema: “No bastan tres causales”, en alusión por las demandas de aborto libre, seguro y gratuito. Erika marchó en la histórica huelga feminista siendo una de las voceras de la macro zona sur de la Coordinadora Feminista 8M

Erika Ñanco es integrante de la Asamblea de Mujeres del Gulumapu la cual está compuesta por pobladoras, por mujeres mapuche de comunidad, profesionales, trabajadoras y estudiantes: “Somos mujeres de distintos pueblos que queremos levantar una propuesta transversal hacia las distintas demandas con enfoque territorial”.

La joven mapuche estudia Agronomía en la Universidad de la Frontera donde además participa en la Asamblea de Mujeres de la casa de estudios: “Cuando tenemos esta dicotomía cultural es complejo, sobre todo cuando uno llega a las comunidades a hablar de feminismo y casi es como ‘estar meando fuera del tiesto’. Porque no es un concepto que nació en nuestro territorio, es un concepto ajeno, que viene de las clases altas de Europa principalmente. Nosotras no podemos abordar un feminismo que no sea decolonial, anti-extractivista y antirracista”.

Por Paula Huenchumil

Erika Ñanco en el 8M en Chile. Foto: Agencia Uno

¿Cuándo se constituyó la Asamblea de Mujeres de Gulumpau?

La asamblea se constituyó en mayo de 2018 y surge a raíz de las movilizaciones estudiantiles que llevamos a cabo en las universidades, como una red de apoyo externa fuera del ámbito universitario.
La asamblea está compuesta por juntas de vecinos, por pobladoras, por mujeres mapuche que somos de comunidad, por mujeres profesionales, trabajadores y estudiantes. Si bien nosotras estamos por temas como educación y pensiones dignas, entre otras demandas, le damos el contexto político de nuestra zona, que tiene que ver más que nada con la desmilitarización de nuestros territorios.

En un principio la asamblea surge como una red de apoyo hacia las estudiantes, pero luego se transforma en un espacio de articulación de distintas mujeres que queríamos conversar sobre cosas que trascendían lo estudiantil. Hablarlo solo desde el espacio universitario reducía también las distintas demandas que nosotras como mujeres vivimos a diario. Ello es debido a que, si bien muchas de nosotras podemos ser estudiantes en una época de nuestra vida, las discriminaciones por el hecho de ser mujer nos siguen afectando igualmente una vez que hemos salido del espacio académico. Entonces hemos llevado un trabajo territorial en comunidades, en juntas de vecinos, que es la parte que más nos importa desarrollar, porque en nuestra región la “derecha” está súper metida, por lo que es complejo abordar una perspectiva desde otro ángulo.

El nombre también fue un tema de discusión, porque al principio le habíamos puesto Asamblea de Mujeres de Wallmapu, pero finalmente le pusimos Gulumapu porque así antiguamente se llamaba esta parte de la cordillera, desde la Cordillera de los Andes hacia el Océano Pacífico, desde Copiapó hacia la Isla de Chiloé. Por eso lo articulamos así, ya que queremos ver la posibilidad de hablar con otros territorios, que no sea solamente Temuco. Por ahora estamos funcionando de una manera en tanto regional, hemos tenido contacto con compañeras de distintas localidades de la región, pero nosotras en sí nos centralizamos en Temuco, en la ciudad, y en las comunidades.

¿Cómo se construye el feminismo desde las mujeres indígenas?

Somos mujeres de distintos pueblos que queremos levantar una propuesta transversal  hacia las distintas demandas con enfoque territorial. Desde la perspectiva mapuche también hemos estado articulándonos con mujeres de comunidades en resistencia que se han estado organizando de manera autónoma. Porque si bien hoy en día nos damos cuenta que la mayoría de las vocerías dentro de las demandas de nuestro pueblo, han sido históricamente realizadas hombres, también vemos que existe una diferencia y desconocimiento de lo que podemos llegar a decir. En las comunidades se nos ve más reducidas a los temas del hogar y a veces nos autoexcluimos de lo político. También desde las comunidades en resistencia las mujeres se están levantando, organizando y queriendo llevar propuestas que sean propias desde el territorio, con pertenencia local y visión de mujer, más allá del feminismo. También a muchas nos pasa que hablar de feminismo, cuando tenemos esta dicotomía cultural, es complejo, sobre todo cuando uno llega a las comunidades a hablar de feminismo y casi es como “estar meando fuera del tiesto”. Porque no es un concepto que nació en nuestro territorio, es un concepto ajeno, que viene de Europa principalmente. Nosotras no podemos abordar un feminismo que no sea decolonial, antiextractivista y antirracista.

Debemos primero descolonizarlos, hablar desde una perspectiva local y considerar el tema de clase, porque hoy día nos vemos discriminadas el doble o el triple solo por el hecho de ser mujeres mapuche y muchas veces pobres, que es la situación de la mayoría de las mujeres en nuestro territorio.

¿Cuáles serían las principales demandas de Asamblea de Mujeres de Gulumapu?

La desmilitarización del territorio es una demanda que consideramos importantísima, puesto que existe un estado de vulneración de los derechos de nuestro pueblo, más aún con las mujeres. Hoy el Estado se encarga de encarcelar a los hombres y en la mujer recae el sacar adelante a la familia y, además, tienen que llevar toda la carga social, política y emocional, y eso también es violento. No podemos hablar de desmilitarización sin considerar el ámbito personal de cada una de las ñañas (de un modo afectuoso, hermanas, en mapuzungun).

Tenemos incluso casos de mujeres que han sido encarceladas como Lorenza Cayuhan-quien en 2016 dio a luz engrillada de pies y fue vigilada por gendarmes en la Clínica de la Mujer del Sanatorio Alemán en Concepción-, la machi Francisca Linconao que fue uno de los iconos más visibles de rostro femenino que han dado lucha o Macarena Valdés, que fue asesinada por defender su territorio. Vemos que la violencia hacia la mujer en las comunidades no es solo la violencia machista, sino también la violencia que ejerce el Estado patriarcal hacia nuestros weichafes y ñañas, que no salen en la prensa a hablar sobre su situación, están totalmente invisibilizadas.

En una tus declaraciones en el marco del 8M señalaste la importancia del mapuzungun, ¿cómo lo podrías explicar?

Una de las demandas que debemos levantar como territorio es la preservación de nuestra lengua. Hoy estamos en desventaja, porque nos han quitado todo, hasta el hablar. Hoy muchos jóvenes ni siquiera sabemos hablar bien nuestro propio idioma. Nos enseñan y obligan en las escuelas a aprender otros idiomas como el inglés, pero nuestra cultura vive y existe porque tenemos un idioma que es una gran fuente de conocimiento y de espiritualidad. Perder nuestro mapuzungun significaría perder una parte de nuestra historia.

¿Cómo analizas lo que sucedió en el 8M?

Primero que todo súper contenta dentro de lo emocional, porque fue masivo e histórico, también lo vemos como un balance bueno, algo que nos da la fuerza para seguir adelante, para seguir luchando por nuestros derechos. Nos han tenido tanto tiempo sometidas que hoy podemos decir “ya no más” y que paren con todas las violencias que existen en diferentes ámbitos. En la antigüedad existía una dualidad en seres, algo que debe existir todavía. A modo personal yo creo que hay mucha influencia colonialista y cristiano-religiosa en nuestro actuar actual, pero también está en nosotros saber qué está bien mal y qué está mal, porque debemos ser parte de la solución y no del problema. La violencia machista en comunidades sí existe y ocultarlo es violento, hay que decir las cosas como son.

¿Cómo fue la aceptación de las mujeres chilenas de la coordinadora?

Las chicas tuvieron una muy buena acogida, siempre estuvieron dispuestas a apoyar en lo que sea y entendieron que nuestras demandas son importantes, que hay que llevarlas en conjunto, porque no podemos estar solas en esto. Hubo una buena aceptación de todas las chicas de la coordinadora, y me alegro que se haya dado así la cosa, porque en algún otro tiempo quizás no hubiese sido así.

Creo que este 8M se caracterizó en que las demandas feministas no tan solo se reducen a las demandas de la élite, estamos tomando demandas que son de pueblos, de territorios, hablamos de un feminismo antirracista y anticolonial y lo hablamos todas, no solamente las que lo vivimos.

¿Cómo se continuará articulando el movimiento?

Todavía nos seguimos comunicando con las compañeras de diferentes territorios, vamos a seguir estando articuladas para poder llevar adelante las demandas y poder seguir organizándonos. No podemos perder el foco, que es exigir nuestros derechos. Lo más importante es no olvidar de dónde somos y para dónde vamos.

Erika Ñanco en el Encuentro de Temuco



[1] Del mapudungun, trari: atar y lonco: cabeza. Cintillo o faja de plata para sujetar el cabello.

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Ciclo “Cartografías del feminismo” http://cieg.cl/2018/07/ciclo-cartografias-del-feminismo/ http://cieg.cl/2018/07/ciclo-cartografias-del-feminismo/#respond Wed, 25 Jul 2018 16:31:51 +0000 http://www.ciegchile.com/?p=3232

El Centro de Estudios Públicos (CEP) invita a su ciclo de tres sesiones “Cartografías del Feminismo”, en cuya sesión inaugural participará la Profesora del CIEG y Premio Nacional de Ciencias Sociales 2013  Sonia Montecino.

Primera sesión
Miércoles 1 de agosto de 2018, 18:30 a 20:00 horas
La perspectiva del tiempo

Expositoras:

María José Cumplido, historiadora, autora de Chilenas (2017), editora de Historia y Ciencias Sociales en Memoria Chilena.

Sonia Montecino, Doctorada en Antropología, participó en la formación del Centro Interdisciplinario de Estudios de Género (CIEG) en la Universidad de Chile, profesora en la misma universidad, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2013.

Sol Serrano, doctorada en historia, profesora titular del Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile, consejera del CEP.

Segunda sesión

Jueves 9 de agosto de 2018, 18:30 a 20:00 horas
Las corrientes de hoy

Expositoras:

Rubí Carreño, doctorada en literatura, profesora de la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Diamela Eltit, escritora, Profesora Distinguida Global en el programa de Escritura Creativa en Español de la Universidad de Nueva York.

Cynthia Francica, doctorada en literatura comparada, profesora de la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez.

 

Tercera sesión
Jueves 16 de agosto de 2018, 18:30 a 20:00 horas
Sesgo de género en educación

Expositoras:

Sylvia Eyzaguirre, doctorada en filosofía, investigadora del CEP

Salomé Martínez, doctorada en matemáticas, profesora y encargada de la Dirección de Diversidad y Genero de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile.

Leonor Varas, doctorada en ciencias de la ingeniería, profesora y Directora del DEMRE de la Universidad de Chile.

Para inscripciones visite  aquí

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Representaciones de violencia y género en migración, racismo y juventudes. http://cieg.cl/2017/10/representaciones-de-violencia-y-genero-en-migracion-racismo-y-juventudes/ http://cieg.cl/2017/10/representaciones-de-violencia-y-genero-en-migracion-racismo-y-juventudes/#respond Mon, 23 Oct 2017 16:04:10 +0000 http://www.ciegchile.com/?p=3049 Estudiantes del diplomado de Extensión Género y Violencia presentan trabajos visuales que representan la violencia leída desde tres ejes: violencia desde un enfoque descolonial; violencia, racismo y migración; y violencia en masculinidades y juventudes.

El Diplomado de Extensión Género y Violencia es un programa que comenzó a impartirse el año 2009 como un curso de extensión, para luego convertirse en diplomado el año 2013, y a la fecha cuenta con más de 80 graduados/as especializados/as en perspectivas multidisciplinarias sobre la violencia de género. Este año, 60 estudiantes cursan el diplomado en dos promociones, entre los cuales se encuentran abogadas, trabajadoras sociales, psicólogas, antropólogas, terapeutas y profesionales de la salud, activistas y estudiantes de pregrado. Como parte de sus actividades de evaluación, los/as estudiantes del segundo semestre realizaron trabajos de reflexión creativos visuales (un collage utilizando imágenes de diversos medios de comunicación) sobre la violencia leída desde tres ejes, trabajadas en las sesiones de clases con los/as profesores/as Claudio Duarte, Iris Hernández y Elisa Niño:

Género y violencia: aportes del enfoque descolonial latinoamericano

Violencia de género, racismo y migración

Violencia, masculinidades y juventudes

A continuación, se presentan 8 de los 24 trabajos entregados:


Francisca Arredondo


Valentina Donoso


Natalia Lichtemberg


Araceli Pérez


Valentina Valli


Mónica Monteiro


Cecilia Navarro


Paulina Arriagada


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Entrevista Carolina: En mi caso, lo personal ha sido político y académico. http://cieg.cl/2017/08/entrevista-carolina-en-mi-caso-lo-personal-ha-sido-politico-y-academico/ http://cieg.cl/2017/08/entrevista-carolina-en-mi-caso-lo-personal-ha-sido-politico-y-academico/#respond Tue, 29 Aug 2017 18:06:58 +0000 http://www.ciegchile.com/?p=2837

Carolina Franch Maggiolo, es Antropóloga Social y Doctora (c) en Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. Realizó un Magíster en Estudios de Género y Cultura, mención Ciencias Sociales con excelencia académica. Actualmente es Directora (s) del Centro Interdisciplinario de Estudios de Género (CIEG) en el cual se desempeña como investigadora y docente en los Programas de Magíster y Diplomados.

¿Por qué Antropología, y no otra carrera?

Fue por casualidad, yo era más humanista en el colegio y en tercero medio me metí en todo lo que es historia, castellano. En ese tiempo, podría haber sido profesora de historia, socióloga y por esas cosas de la vida, cuando salí fue como ¡antropología! que era como historia, ver las culturas, la gente. Vi la malla curricular y me pareció interesante poder explorar académicamente, otros territorios del Chile no oficial.

En un momento creí que sería profesora de lenguaje y comunicación o de historia, si no, lo típico que uno dice: derecho. Pero mis profesoras me dijeron: “sabe que usted no estudie para profesora”. Eso me daba mucha pena porque decían “tu puedes más” y sentía que desvalorizaban esa opción. Yo era de las que enseñaba en el colegio y me gustaba la docencia. Cuando llegué a la carrera de antropología, -que en realidad en mi tiempo no era tan buena, muy poca teoría-, sí descubrí un mundo de líneas teóricas, y una de esas líneas fue el género.

¿Por qué te inclinaste por el área relacionada con el género?

A veces creo que la vida me lleva a mí y no yo a la vida. En ese minuto la carrera estaba pasando por un desorden, pasé por una de esas tomas súper grandes al tiro. Una huelga de dos meses y medio me llevó a entender de política, pero de estudio no mucho, tenía profesores no tan buenos. Entrando a un curso por descarte, porque me topaba con otro, elegí antropología del género y en antropología culinaria, en donde estaba Sonia Montecino. Aunque era antropología culinaria, había mucho género, y yo evidentemente y para toda mi generación incluso, fue un ramo súper potente en términos teóricos, prácticos y políticos. Nos hizo funcionar la cabeza y entender que la academia que hacíamos era discriminadora.

Nos puso en tensión muchas cosas, no en términos de apología ni demagogia, sino que nos puso en investigaciones, en prácticas, cifras y formas. Eso a mi me cautivó, yo diría que después del año 99, es como que a uno le sacan una venda. Esa diferencia, cual causaba discriminación, tiene que ver con cruces de variables como la raza, la clase, y ahí se me abrió un campo, un campo que fue el género. Tal vez lo hubiera encontrado en otro lugar, pero yo lo encontré ahí tomando un buen ramo. Estaban haciendo otro tipo de academia, al que yo me había enfrentado y de ahí para delante le pedimos a Sonia que hiciera otro ramo y cuando yo salí de la carrera me metí rápidamente al magíster en género.

¿Cómo crees que se relacionan las mujeres con la academia?

Ser mujer en América Latina es peligroso, ser mujer en la academia es complejo. Y mujer en ciencias es uno de los núcleos duros del machismo, el sexismo y la discriminación. A veces cuesta más decirlo, porque la academia se posiciona como un lugar progresista, que es democrático, y te das cuenta que eso en el manejo cotidiano no es así. Yo diría que el discurso, la práctica cotidiana en la academia, es muy compleja. Asumiendo su compleja institucionalización y su discriminación, por ejemplo, yo pienso, en esta facultad, -y de eso “Del Biombo a la Cátedra” dio cuenta-, como capital humano avanzado son las mujeres las que tienen mayor especialización y son las que no están contratadas ocupando menores cargos, tiene un registro. Entonces, ¿que es ser mujer y académica? Es desilusionante. Uno invierte un montón de tiempo para capacitarse y autoformarse y seguir en una escala que  apesar del discurso que dice: “aquí están los mejores”. No siempre están los mejores.

Un colega tuyo gana más sueldo, tiene más poder que tú, no tengo problema con que alguien tenga más o menos poder, pero no cumple los criterios que a ti te hicieron cumplir. Ni los mismos beneficios, la mayaría de los beneficios con goce de sueldo se los llevan los hombres. En mi doctorado nadie me dio ningún permiso, yo tuve que ajustar mi carrera para seguir haciendo la pega y seguir estudiando, cosa que mis colegas sí han tenido. Si tiene una dificultad mayor, las mujeres tienen que duplicar sus esfuerzos para cumplir los estándares que se desean y cuando llegan a esos estándares, después no se les evalúa de la misma manera. Es medio desilusionante, pero es tremendamente desafiante.

A mí me gusta la academia, asumiendo que las instituciones en general son bien discriminadoras, pero la academia es un lugar donde yo me siento feliz. En la docencia, me siento súper plena, cuando investigo me nutro, eso me dio la antropología, la conversación de poder entender el pensamiento de otro lugar y ese lugar no es sólo para saber, como un vampiro, sino para dialogar y hacer conocimiento con otro y conmigo.

A mí la academia me parece un desafío que me hace muy feliz. Propone desafíos que son de distintas áreas, el vínculo con el medio es maravilloso, la docencia/investigación me hace tremendamente feliz. Lo que menos me hace feliz es la gestión universitaria, pero que aun así esto de construir universidad sobre todo el Chile de hoy, aunque se hable de educación pública parece que no queremos educación pública. Estar en un lugar que sí cree en la educación pública y en la formación de las personas. Esta Universidad de Chile uno la puede odiar por tanta cosa engorrosa, esta cosa burocrática, pero tiene una cosa política bien interesante que me motiva mucho, me siento parte de un Chile mejor.

Actualmente eres candidata a doctorado ¿Como lo ves en comparación con el magíster?

Es un proceso mucho más largo, al magister entré porque me gustaba mucho. Estaba convencida que el género era un lugar donde yo quería estar y el doctorado lo pase bien, pero es el doble de tiempo, la exigencia. El magister en mi tiempo era un pequeño doctorado, es uno de los magister más antiguos de la facultad, con un montón de créditos pero todo lo que me hacía me gustaba, era una explotación profunda en termino académicos, además el curso fue muy potente, fue un minuto de estudio maravilloso, que con 10 años de diferencia entre uno y otro, era mucho más joven, era súper distinto. A mí me gusta la academia y hacer un doctorado en Chile es casi una obligación.

Pero yo estoy inserta en una Facultad de Ciencias Sociales, más bien escoger un doctorado tiene que ver con seguir con una lógica y yo mi doctorado lo pasé bien, pero fue un doctorado muy en sociología por ejemplo. Como era en ciencias sociales me hubiera gustado esperar tener teorías psicológicas, pero no tuve nada. El doctorado fue un poco frustrante en su nombre con lo que yo obtuve, aprendí mucha teoría sociológica, pero me metí buscando una lógica, cosa que no encontré. Ahora de que sirve para el desarrollo profesional, sí. Pero de repente pienso que debería haber estudiado otro doctorado. Pero de todas maneras estoy súper agradecida haber hecho una experiencia en doctorado, de esa formación y de entender, de debatir; pero esperaba ciencias sociales, no sociología.

Cuéntame sobre tu tesis de doctorado, sobre la aplicación de la Ley Antiterrorista en Chile.

Bueno yo creo que son dos lógicas, mis dos tesis anteriores -de magister y de pregrado-, había dialogado con la genealogía o la dinastía femenina de la familia. Eran tesis sobre cuerpos, mujeres y alimentación, con una vertiente de teoría de género potente. Y en la tesis de doctorado, dialogo con la dinastía masculina, más bien con el derecho, porque mi papá es abogado. Ahí hay un inconsciente, yo esto lo digo después. Y porque quería seguir abordando teoría de género con raza, era un tema pendiente, había visto mucho género pero sin raza y este era un lugar para fusionar o hacer una amalgama de dos temas. Además de la literatura que estaba leyendo en el 2010 que me había presentado Rita Segato, que era la discriminación racial cruzada con género. Entonces en ese cruce teórico y en este dialogo inconsciente con el género, es un lugar donde yo quiero reflexionar.

Condensé dos lógicas, porque lo que se está viendo cuando yo inicié el doctorado, es que la aplicación de la Ley Anti Terrorista estaba siendo súper cuestionada. Dije vamos a explorarla y dije vamos a explorarla desde este lugar, que es desde el género con el cruce de raza. Ha sido súper interesante  en este sentido, porque he logrado reflexionar autores de una manera crítica y adentrarme en un terreno que yo lo tenía totalmente fuera y en ese sentido ha sido un desafío difícil, porque tiene que ver con el derecho, que es otro lenguaje, un lenguaje jurídico, es una lógica distinta del mundo que yo me relaciono.

Ha sido un desafío, porque hay que meterse con temas legales, decretos, números, que las interpretaciones no son cualquier interpretación. Porque la ley es la ley y tiene que ver con lógicas dogmáticas, pero creo que subsane dialogar con las dos dinastías o fuerzas radicales, que han compuesto mi vida que es lo femenino y masculino. Yo dialogo mucho dentro de la academia, mi conocimiento personal pasa por el tema académico. También ha sido un buen lugar para armarme y desarmarme, personal y profesionalmente. Lo personal ha sido político, bueno en mi caso lo personal ha sido político y académico. Son buenos lugares para conocerme, la academia me ha permitido conocerme y conocer los tránsitos que uno tiene.

¿Cómo ha sido tu experiencia como directora subrogante del CIEG? ¿Qué es lo que más te gusta de ser, docente o investigadora?

Bonita la experiencia en general, desafiante y cuando digo bonita, no digo que no implique dolor, tensión, cuestionamiento. Pero ha sido una experiencia súper grata en ciertos aspectos, porque asumí súper joven y es porque tengo dos maestras potentes, Loreto Rebolledo y Sonia Montecino. No sé si con tanta conciencia o no, pero dejaron a una chica, una mujer joven e inexperta en términos profesionales, pero tuvieron esa generosidad y esa fe. Esa confianza en una mujer joven, que ellas mimas habían formado. Esa es la academia que también hace el feminismo. Tiene que ver con un sistema afectivo, no en el sentido que nos apapachen, sino con una formación. Tiene que ver con una pedagogía de vida. No es con todos, hago una pequeña comunidad con gente que formo y su formación es mucho más compleja que tiene que ver con un proceso cíclico y eso ha sido muy grato en esta dirección. He estado muy acompañada, no ha sido un lugar aislado, además no solo en temas de liderazgo, de jefatura, ha sido bastante acompañado en términos de formación.

Claro uno puede meter mil veces las patas y cometer miles de errores, pero desde arriba tenías esta contención. A veces me sentí en el abismo, pero siempre sentí esto como las tirolesas: te caías pero no te estrellabas. Eso tiene que ver con gente que te formó antes y que estuvo ahí y también con hacer bueno equipos. Si a mí algo me enseñaron era hacer equipo, los trabajos individuales no tienen ningún sentido sobre todo en la academia. La academia es pensamiento co-construido, no es que uno tenga una idea sino que este lugar es en los pasillos, es en la docencia, es en el aula. en la conversación, en la relación uno va generando conocimiento. Entonces el conocimiento propio propio, no tiene mucho sentido, y eso se explora mucho mejor en términos de trabajo colectivo. A mí lo que me enseñaron es la lógica del trabajo colectivo.

He tenido la suerte que en el trayecto laboral, que es la gente que está, pero que también estuvo antes y que tienen apuestas políticas súper importantes, pero que también tienen ética. Nos llevamos muy bien en lo personal, pero también en lo ético y político. Son súper responsables, sobre todo mujeres, con las que hemos hecho un núcleo de trabajo. Y no es tan poco tiempo, con Paula llevamos casi una década, con Viviana casi 6 años, con Manuela también y con Elisa que es la más nueva. Pero tiene que ver con una lógica de crecimiento personal y profesional, no solo individual, sino que sea puesta en esta plataforma que se llama CIEG y quienes trabajan aquí piensan parecido. No es imponer una lógica, es como hacer formación y academia. Ha sido muy grato. Lo que no es grato es lo institucional y lo tiene que ver con la Chile, son dos lógicas que si bien es cierto funcionan dentro de la misma institución, son lógicas que muchas veces son contrarias, entonces uno pide que se resuelvan mas institucionalmente. Mujeres especialistas en estos temas.

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Finaliza Diplomado Género y Violencia – Presentación Trabajo Final http://cieg.cl/2017/08/finaliza-diplomado-genero-y-violencia-presentacion-trabajo-final/ http://cieg.cl/2017/08/finaliza-diplomado-genero-y-violencia-presentacion-trabajo-final/#respond Mon, 28 Aug 2017 18:08:49 +0000 http://www.ciegchile.com/?p=2975 Con éxito se realizó la última jornada del Diplomado Género y Violencia del primer semestre del 2017, en donde los/as estudiantes expusieron sus trabajos en grupo como actividad final de evaluación.

La instrucción era analizar y reflexionar en torno a un caso o ejemplo de Violencia de Género, desde los/as clases y autores revisados en la bibliografía del curso. Los grupos podían elegir cualquier caso -de prensa, personal, de índole nacional o internacional-, como también elegir libremente la metodología de presentación.

El primer grupo, conformado por Yanina Rodríguez, Yasna Sanhueza, Francisca Cornejo, Guiselle Ponce, María José Barrios, Nicole Garay y Juan Pablo Sotelo, optó por una performance, en donde representaron las historias de María Pía Castro (19), Nicole Saavedra (23), y Susan Sanhueza (22), mujeres jóvenes, lesbianas, de clase social y económica pobre, que vivían en un territorio rural y periférico de la quinta región, asesinadas de manera impune. Estos tres casos fueron reflexionados en torno a la interseccionalidad, la necropolítica, la violencia de los medios de comunicación y la invisibilización de los cuerpos y agencia de grupos lesbofeministas. Esta performance buscó evidenciar la violencia lesbofóbica, donde queda explícito la ineficiencia de la justicia y las nulas respuestas a estas familias que esperan saber la verdad.  Además, como referencia histórica de impunidad se encuentra el caso de Mónica Briones, mujer lesbiana asesinada en 1984, y cuyo crimen aun no tiene culpables condenados. Estas historias nos hacen ver que existe un permiso social para matar a mujeres lesbianas, consideradas cuerpos y vidas que no importan, a través de acciones concretas del Estado para que se propicie la desaparición, el asesinato y la impunidad.  

       

 

El segundo grupo, conformado por Javiera Carrasco, Luisa Escobar, Verónica Faúndez, Laura Núñez, Karla Olivares, Elizabeth Varela, y Karin Zúñiga, se tituló “Masculinidades en tensión dentro del contexto intrapenitenciario”. A partir del caso de “John”, un joven afroamericano quien sufrió de violaciones y abusos sexuales en una cárcel de Estados Unidos, el grupo reflexionó en torno a cómo interpretar la violencia, sexual entre varones, en un contexto intrapenitenciario, y si esta violencia daba cuenta del género como construcción social dicotómica, donde los hombres victimizados asumen un rol femenino dentro de ese contexto. De acuerdo a las estudiantes del grupo:

Es necesario precisar que hablar de masculinidad no hegemónicas o subordinadas no es negar que los hombres como grupo tengan el poder social, como bien plantea Michael Kaufman (1997), sino complejizar mediante la visibilización de las relaciones de poder entre este mismo grupo, dar cuenta de su heterogeneidad y los distintos factores que la constituyen. Esta discusión es relevante desde un enfoque de género, ya que es comprender que las identidades masculinas y femeninas no son dadas por naturaleza, por cierta genitalidad, sino que están en constante construcción social. En este sentido, se hace necesario no reducir las discusiones al binarismo biologicista, sino complejizar esto mediante los distintos factores sociales que actúan de forma articulada constituyendo diferentes posiciones en las sociedades jerarquizadas.

 

Luego, expusieron Andrea Orellana, Javiera Marchant, Jaime Bustamante, Laura Orrego, Lucía Zeballo, Michelle Vergara, Patricia González, y Romina Camilo, sobre la violencia de género en la pareja, el tratamiento de femicidios y violencia de género por la prensa, la legislación sobre violencia y los cruces que se pueden desarrollar entre vulnerabilidad de las mujeres en migración respecto a la violencia de género, articulado a partir de un caso en particular: el de Yuliana Acevedo, mujer colombiana de 21 años, residente en Chile, quien es asesinada y descuartizada por Edwin Vásquez, su entonces pareja, en Santiago de Chile a comienzos del 2016. El caso fue analizado desde los diferentes puntos para mostrar cómo existen factores estructurales que permiten que una mujer sea asesinada, más allá del su propio control en torno a su vida. Vemos que los mecanismos de control en la pareja, el factor migratorio, y el aparataje legal tanto de Chile como de Colombia propician la vulnerabilidad de Yuliana, mientras que los medios de comunicación, a través del sexismo, individualizan a la víctima, sin dar cuenta de los problemas estructurales detrás del femicidio.  

Yennifer Medina, Francisca Garrido, Francisca Lopez, Natalia Jofre, Sara Peker y Yasna Carrasco presentaron, por su parte, el caso de “Vicky”. Vicky tiene 36 años y participa del Programa Calle ejecutado por la Corporación Moviliza. Vicky lleva aproximadamente 10 años en situación de calle, viviando actualmente en un ruco ubicado en el punto calle San Eugenio perteneciente a la comuna de Ñuñoa, con Ángel (su pareja) y Milton (amigo de ambos). El caso fue analizado desde el marco de la violencia institucional, complementado con reflexiones en cuanto a las vidas precarias, de Judith Butler. De esta manera, el caso de Vicky conocido personalmente por algunas de las integrantes del grupo, nos permite ilustrar cómo la violencia, y en especial la violencia de género, constituye uno de los ejes centrales en el ordenamiento social, que suelen estar naturalizados, invisibilizados y banalizados, encubiertos mientras no pasen los límites culturales de lo aceptado. Vicky es sujeto de múltiples violencias y discriminaciones que pasan sin mayor cuestionamiento, dado que ella no goza de la posibilidad de auto-representación, por tanto no es calificado como sujeto que importa, como vida que importa.  De acuerdo al grupo:

La precariedad designa esa condición políticamente inducida en la que, ciertas poblaciones adolecen de falta de redes de apoyo, sociales y económicas y están diferencialmente más expuestas a los daños, la violencia y la muerte. Estas personas precarias apela al Estado en busca de protección, pero el Estado es, precisamente, aquello contra lo que necesitan protegerse. Estar protegidos contra la violencia del Estado – Nación es estar expuestos a la violencia ejercida por el Estado – Nación. El Estado como garante de derechos con el ideal de promesa de resguardar la vida de sus sujetos, promesa que se cumple siempre y cuando aquellos sujetos estén dentro de la norma que hace funcional el sistema estatal. Excluyendo a los sujetos marginales, por tanto, privándolos inmediatamente de la protección de sus vidas precarias.

Finalmente, el último grupo que presentó estuvo compuesto por Katherine Valencia, Macarena Gallardo, María José Acuña, María José Fuentes, María Paz Pino, Paula Romero y Francisca Salinas. La presentación fue titulada “Parir en negro: Violencia hacia madres haitianas en Chile”, el cual trabajó la interseccionalidad entre ser mujer, afrodescendiente y migrante, y además estar embarazada, relacionada con el sistema de salud pública. De acuerdo al grupo: “La importancia del análisis (…) radica entonces en la necesidad de poner de manifiesto el cruce de distintas formas de exclusión, segregación y vulneración, enmarcadas desde la lógica de la dominación imperante. Mujeres y niños que ven vulnerados sus derechos, siendo violentados, argumentando dificultades comunicacionales y diferencias culturales, cuando lo que en realidad se esconde, es la ausencia de voluntad política y social, por hacer de la inmigración, un espacio de encuentro intercultural.” Finalizan la presentación con la recitación del siguiente manifiesto de la organización Cría Iguales:

 

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