Columna de Opinión Estudiantes de Semipresencial Teorías de Género, Desarrollo y Políticas Públicas – “¿Son los PMG una estrategia real de transversalización del género en las instituciones chilenas?”

¿Son los PMG una estrategia real de transversalización del género en las instituciones chilenas?

Daniela Flores. Trabajadora Social, estudiante del Diplomado de Postítulo Semipresencial en Teorías de Género, Desarrollo y Políticas Públicas.

Sin duda en los discursos de muchos de los políticos de nuestro país afloran términos como la tan anhelada igualdad, entendida como un principio que plantea la equivalencia humana de todas las personas, teniendo como cimiento la igualdad en todos los ámbitos de los seres humanos. Si bien este término emerge en reiteradas ocasiones, es siempre asociado a las desigualdades meramente económicas, en donde las autoridades o aspirantes a serlo, hacen promesas asociadas a la instauración de estrategias para luchar por la desigualdad de ingresos de los chilenos, sin hacer alusión a otros ámbitos de importancia en la vida de las personas que pueden generar otras desigualdades sociales que influyen de manera significativa en el desarrollo de la sociedad.

Ahora bien, si dejamos el aspecto económico y nos centramos en otras desigualdades, ¿qué pasa con el género?, esta pregunta me surge luego de que últimamente existe un discurso generalizado sobre la importancia que debe tener el género en el aparato público, en donde muchas autoridades y actores sociales hacen alusión a la importancia de incorporar el enfoque de género en las políticas públicas, servicios, educación y en miles de otros aspectos cotidianos de las personas, sin embargo, pocos declaran las maneras de hacerlo, estrategias concretas, decisiones reales y/o mecanismos para acortar la brecha existente en términos de género en nuestra sociedad.

Como mencioné, si bien existe un discurso declarado en la opinión pública, estos discursos quedan en tela de juicio cuando las estrategias que buscan conseguir la igualdad de género están asociadas un PMG (Programa de Mejoramiento a la Gestión), en donde es normal que surjan dudas de la real importancia que se le está atribuyendo al tema por parte del Gobierno, al estar asociado a incentivos económicos por el cumplimiento de metas o cierto nivel de alcance de algunos indicadores establecidos.

Frente a las dudas que me genera la creación de los PMG, específicamente en los apartados asociados al género, tomaré una situación relacionada a mi trabajo. Hace un año, en la organización en la cual me desempeño como trabajadora social, postulamos al Fondo de Educación Previsional, perteneciente a la Subsecretaría de Previsión Social del Ministerio del trabajo, en dicha postulación se hacía alusión a la importancia que en ésta oportunidad le darían al enfoque de género. En base a esto, como equipo de trabajo nos preguntamos a que se referían, y leyendo las bases del concurso, descubrimos que a lo que hacían referencia era la cantidad de mujeres que serían capacitadas y la cantidad de mujeres que integrarían el equipo de trabajo.

Es decir, bastaba con que pusiéramos a más mujeres dentro de los beneficiarios a alcanzar y más mujeres en el equipo de trabajo, para poder sumar los puntos disponibles en la evaluación de nuestra postulación en el apartado enfoque de género. Debido a esta situación es que me cuestioné si para que un proyecto pueda decir que tiene enfoque de género, basta con que en su equipo de trabajo cuente con más mujeres, sin importar los cargos asociados, es decir, en este caso igualmente el coordinador (cargo más importante) designado fue un hombre y las mujeres ocuparon roles asociados a la logística de la iniciativa, es decir, monitoras, productora local, secretaria, etc.

Esta iniciativa en particular tiene como objetivo capacitar a diferentes personas en seguridad social, es decir, beneficios, derechos y obligaciones del sistema de pensiones y pilar solidario, por lo que más aún es importante la existencia de un enfoque de género, en donde se está capacitando acerca de un sistema que hace grandes diferencias entre hombres y mujeres. Sin embargo, la iniciativa solo busca la incorporación del enfoque de género en las postulaciones, debido a que la metodología y estructura de las capacitaciones están dadas desde la Subsecretaría, en donde poseen una estructura rígida y de iguales características sin diferenciar el público objetivo al cual se le está entregando la información. Es decir, no existe posibilidad de hacer una crítica a un sistema que al estar asociado al trabajo remunerado y las implicancias que tiene esto en las pensiones de las personas, se constituye como un sistema que discrimina a las mujeres y que funciona como un dispositivo que aumenta las brechas entre hombres y mujeres.

En base a lo anterior es que sale a colación la transversalización del género, la cual apunta a estrategias que involucran a todos los actores sociales en la búsqueda de la igualdad de género, ayudando a implementar medidas para corregir desigualdades; si bien los PMG podrían ser catalogadas como una herramienta de transversalización del género, en casos como este queda al descubierto que muchas de las iniciativas que se están adoptando, bajo el alero de enfoque de género, quedan absolutamente vacías si sólo está presente en el diseño de las iniciativas.

Es decir, en este caso se podría hacer referencia a la equidad, concepto que viene a iluminar muchos caminos que deberían tomar las políticas públicas, puesto que apunta a la igualdad de acceso a oportunidades, en favor de las personas que se encuentran en desventaja frente a un sinfín de situaciones; lo que se relaciona con el acceso que tienen o “deben tener” las mujeres en esta iniciativa para que una determinada organización pueda acceder a ser adjudicatario del fondo, pero que una vez en el papel, nadie se preocupa, ni ocupa de que exista un impacto real en atacar las desigualdades de las mujeres en relación a los hombres.

En el caso expuesto si bien existe una preocupación por el acceso a la información, garantizando que más mujeres puedan acceder, no existe un reconocimiento de que las mujeres deben informarse de manera distinta en la temática, puesto que estamos hablando de deberes y derechos que son distintos en razón del género.

Por todo lo anterior, es que en mi opinión la trasnversalización del género en el caso chileno se encuentra en pañales, es decir, aún no existen estrategias que garanticen la igualdad y equidad necesaria que permita que las mujeres puedan acceder a cierta información y que el tratamiento de esta información esté acorde a las necesidades de las beneficiarias, es decir, que exprese de manera clara las brechas existentes en el sistema de seguridad social, el cual no opera de manera igualitaria para hombres y mujeres; si bien el ejemplo es muy puntual, la intención es dar cuenta de que la existencia de un PMG en una determinada institución no garantiza que exista efectivamente un enfoque de género, o que las políticas públicas que estén emergiendo de ahí actúen como herramientas para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres, más aún, si existe retribuciones monetarias, expresa de manera más clara que no necesariamente se está apuntando a cambios estructurales, si no que puede estar supeditado a un simple cumplimiento de indicadores que probablemente no dan cuenta de cambios concretos al interior de una institución pública.