“Metodologías de Intervención en Violencia de Género”

La temática fue abordada por el académico Roberto Celedón, quién compartió su experiencia como psicólogo y terapeuta, en el Diplomado de Género y Violencia.

 

El martes 18 de junio, se realizó nuevamente una cátedra del Diplomado de extensión Género y Violencia. La jornada se llevo a cabo en el Aulario A del Campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile y fue dirigida por Roberto Celedón, psicólogo de la Universidad Diego Portales y post-título en Terapia Familiar del Instituto Chileno de Terapia Familiar (ICHTF). Uno de los objetivos de la clase fue mostrar las distintas metodologías de trabajo en la intervención en torno a violencia de género.

Al comenzar su exposición, el profesor y Magíster en Gestión y Políticas Públicas de la Universidad de Chile, revisó los contenidos vistos en su lección anterior “Masculinidades y violencia de género”,  profundizando en el trabajo con hombres agresores. El académico entregó elementos teóricos para realizar un trabajo práctico y efectivo en torno a la intervención desde la mirada de género, dando a conocer distintos enfoques para abordar dichos temas, desde una postura reflexiva que permita problematizar, entregar información y plantear alternativas.

Según el docente “fue una clase muy participativa, al igual que la jornada anterior. Quise mostrar la complejidad en relación a la metodología de trabajo con la temática de violencia, particularmente lo que ha sido mi aprendizaje de la experiencia en grupos con hombres y con perspectiva de género. También exponer el componente relacional de la agresión, ya que existen muchos programas que trabajan con víctimas,  adolescentes y hombres agresores, sin embargo estos son los mismos sujetos familiares. Hemos tenido una política pública que da más bien respuestas particulares, fragmentadas y no políticas que integren en el trabajo coordinado y en red con los distintos dispositivos“.

Posteriormente agregó “hay una política pública que no trabaja con familia. Por un lado se feminiza, los hombres no se incluyen dentro de los programas que tienen que trabajar con la familia o la vivencia de los niños. Y por otro lado hombres que pueden agredir con el lugar que ocupan,  por ejemplo situarse como proveedor principal y dejar el proceso reparatorio a cargo de sus parejas. Son actos que no incluyen sus opiniones y perpetúan un enfoque tradicional de lo que se entiende por género, dejando el cuidado y la corresponsabilidad puesto en la mujer. Entonces, no hay trasformaciones reales en las dinámicas, si los programas sicosociales no integran a los hombres en estos dispositivos”.

¡Despierta Raimundo, despierta!

 

Finalmente señaló “la importancia de tener perspectiva de género en la intervención con los hombres agresores, es bajar los indicadores de reincidencia en la agresión. Hay que trabajar más allá de la posición de las víctimas, ellos deben lograr ver a la otra persona y eso es muy difícil. Un ejemplo es el  video en que a pesar de que un hombre vivenció la condición de su pareja, no era capaz de despertar, de hacer un cambio o transformación.  Porque es difícil cambiar, los hombres tenemos que renunciar a privilegios, a poder y no estamos dispuestos a conectarnos emocionalmente con una historia, porque no solamente no sabemos cambiar, sino que le debemos respuesta a las otras generaciones, a lo que es culturalmente permitido o la valoración que tengan mis compañeros y compañeras, amigas/os”.

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