“Violencia de género desde la migración y el racismo”

Elisa Niño, psicóloga e investigadora del Centro de Estudio de Género, realizó una clase sobre violencia de género mirada desde la migración y el racismo, como parte del Diplomado Género y Violencia

 

El martes 4 de julio, se realizó la cátedra de Elisa Niño Vázquez, Psicóloga Social de la Universidad Mexicana y Magíster en Estudios de Género y Cultura de la Universidad de Chile. Quien abordó la violencia de género haciendo un análisis desde la migración y el racismo. Desde su posición como académica, migrante y activista, analizó la situación de la migración en Chile desde una perspectiva teórica y política. La cátedra se realizó en el Aulario A del Campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile, como parte del Diplomado Género y Violencia.

Dentro de las teorías abordadas en la clase, se encuentra la idea de heridas coloniales que aborda la académica Maria Emilia Tijoux. En su texto “Inmigrantes en Chile ni afuera ni adentro”, la socióloga narra cómo la colonización fue promovida por intelectuales como Benjamín Vicuña Mackena y Vicente Pérez Rosales en el siglo XIX, quienes para “mejorar la raza” favorecieron un blanqueamiento europeo mediante el genocidio y el racismo. Esta idea de Civilización/vs Barbarie, heredada de la conquista y colonia, se mantuvo durante el siglo XX dónde se realizó la Chilenización de Arica y Tarapacá. Posteriormente en 1975, se elaboró el Decreto Ley de Extranjería, en defensa de la nación y basado en la Ley de Seguridad Interior del estado, que aún mantiene una orientación policial. En ese contexto Tijoux señala que “el racismo de estado opera dejando morir o dejando vivir, desechando sus cuerpos inservibles”.

Bajo esta línea, Elisa Niño se refirió a las “sociedades bulímicas”, aquellas en que se devora a las personas migrantes, se las vomita y vuelve a tragar. Manifestaciones de aquello es la racialización de trabajos precarios, la trata de personas, la prostitución y la discriminación, muestras claras de dicha violencia. Desde la visión de género, la investigadora señaló que en el caso de las mujeres migrantes, ellas deben luchar contra estereotipos culturales basados en la xenofobia. Por ejemplo la hipersexualización afrodescendiente o que las mujeres chilenas piensen que “las extranjeras les van a quitar el marido”. Además un fenómeno importante para la académica, es la feminización de la migración, en que la reproducción y explotación de las desigualdades de género se ven potenciadas en el marco del capitalismo.

Otro de los aspectos revisados en la jornada es cómo el sistema de migración resulta rentable. Para la investigadora del CIEG la migración es parte del ordenamiento social del mundo y funciona como un dispositivo global, en que se teme a la “pobreza de afuera” reforzando las fronteras-seguridad nación y estado-nación. Por lo que mientras más se rigidiza una frontera, más es la violencia que se ejerce. Fronteras imaginarias que también operan en la mente de las personas, un caso común es culpar a los y las sujetos migrantes del  colapso del sistema público de salud y mirarlos como un problema social. Para la activista de organizaciones de inmigrantes, le pareció positivo que varias de las personas asistentes, pudieran hacer cruces entre el género y la migración, dos temas que se ven cruzados por jerarquías y de forma opuestos en la contrucción de un “otro”. Finalmente se realizó una intervención en que se mostraban cuerpos femeninos desnudos con la frase: ¿podrías decir en qué país nacieron?

En la jornada se dio un intenso debate en torno a la temática, en base a ello la docente indica: “me pareció interesante que se presentaran opiniones distintas, percepciones diferentes de la violencia hacia la migración. Tener estas visiones distintas en juego dentro de la clase permite ver también cómo es el panorama en términos generales. Hay que hacer ejercicios constantes por identificar, re mirar, cuestionarse, porque efectivamente se ha normalizado tanto que en una primera lectura no siemre se pueden encontrar esas claves de violencia. Se generaron algunos momentos de tensión en  algunas de las opiniones, de desencuentros totalmente, que siempre es positivo para ir abriendo el hable, más en un diplomado de violencia. Es importante que pongamos nuestras  la palabras en la mesa y que con esas palabras podamos construir una intersubjetividad para mirar el tema, uno que amerita tanto en este caso como es la migración”.

 

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